Ernesto Aroche Aguilar
Marzo, cualquier día por la mañana.
Dos mamotretos de más de 350 folios tamaño oficio fueron puestos en nuestras manos (en las manos de los 11 becarios de la Fundación Prende, y días más tarde en las de los periodistas externos que se sumaron a la convocatoria), con instrucciones precisas para su lectura y manejo: había que engargolar los dos paquetes por separado [Quién es quién, una propuesta para escribir reportajes sobre personas I y II], leer al menos cuatro textos, subrayarlos con marcador amarillo y hacer las anotaciones que se creyeran convenientes.
La razón una: el ponente quería saber cómo demonios leen los reporteros con los que convivirá durante tres días, porque en la lectura está la clave para el desarrollo narrativo, según palabras de Julio Villanueva Chang, el obseso y casi mítico editor de Etiqueta Negra; de otra manera, advertía: “todo lo que les diga a partir de mi saludo de bienvenida parecerá chino –y no precisamente mandarín sino cantonés–” Sigue leyendo →